Artículo de Carlos Alberto Aguilar Meza
Francis Bacon, primer barón de Verulamium, primer Vizconde de Saint Albans y Canciller de Inglaterra fue un célebre filósofo, político, abogado y escritor inglés, padre del empirismo filosófico y científico, y quien acuñó la frase “información es poder” allá por el siglo XVII. Pero ¿cómo se traduce esta afirmación en nuestros días?
Muy simple: Si el Estado es capaz de realizar un proceso elemental de “acopio + registro + procesamiento = datos útiles” de información, cual fuere la especialidad, estará en capacidad de planificar y ejecutar políticas de desarrollo, o simples acciones para resolver problemas en cualquier ámbito de nuestra vida cotidiana.
Este razonamiento básico aplica también para la empresa privada. Ganas o pierdes dinero. La diferencia es si ¿tienes la información apropiada, suficiente y útil para tu éxito o fracaso?
La información que se requiere obtener para tomar decisiones debe contener como mínimo las siguientes cuatro variables: oportuna, confiable, representativa y útil.
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Oportuna, porque si obtenemos información a destiempo no nos sirve; Confiable, en la medida que todas las fuentes deben ser primarias y tener la debida seguridad del dato; Representativa, debido a que cuanto mayor cantidad de datos, mayor probabilidad de conocer correctamente el problema, por lo tanto, mayor probabilidad de llegar a la solución y, finalmente; Útil, por obvias razones.
Resulta importante, por ello, que las instituciones cuenten con sistemas de información, y si es posible integrados, mejor aún. Un Sistema de Información es aquel capaz de integrar, almacenar, editar, analizar, compartir y mostrar la información geográficamente referenciada. Una herramienta que permita a los usuarios crear consultas interactivas, analizar la información espacial, editar datos, mapas y presentar los resultados de todas estas operaciones.
Hoy, el Perú sigue en su empeño de contar con un sistema de esta naturaleza. Todos los esfuerzos se desarrollan a través de la Secretaria de Gestión Pública, específicamente de la Oficina Nacional de Gobierno Electrónico e Informática de la Presidencia de Consejo de Ministros.
Mal endémico: ¿Quiénes y cuántos somos?
Mal endémico como muchos de los que tenemos en la Gestión de los Gobiernos, las debilidades de la información y sus sistemas han sido vilmente desnudados por la pandemia (para variar). No somos capaces de pagar un bono solidario a los más necesitados, simplemente porque no sabemos cuántas son estas familias y donde están ubicadas. No somos capaces de realizar un proceso de vacunación ordenado y gradual, porque tampoco sabemos a quién vacunar y dónde están ubicados y, por si esto fuera poco, hasta ahora no podemos dar respuesta a la ciudadanía cuántos son realmente los muertos que registramos por COVID.
Como mal endémico, a través de los años somos testigos pasivos de muchas otras carencias en el manejo de información. Lo describiremos en artículos posteriores, como la delincuencia. Siempre hemos escuchado que nuestra Policía Nacional dice conocer los datos de los delitos en el Perú, pero la realidad es que, si eso fuera cierto, ya habríamos combatido los delitos más recurrentes. Así ocurrió con el terrorismo en su momento.
Los distintos programas sociales de ayuda también sufren del mismo mal. Qali Warma, Vaso de Leche, Seguro Integral de Salud, Pensión 65, por mencionar algunos. Siempre surge la necesidad de rediseñar los programas a través de conceptos como focalización y priorización de ayudas, básicamente debido a que ninguna institución, a pesar de todos los esfuerzos desplegados, están en capacidad de identificar plenamente a sus beneficiarios.
Cuando acudimos a una cita médica sufrimos del mismo mal. No hay base datos, no hay información. Cuando recurrimos a un trámite en la Municipalidad, encontramos el mismo problema. Mi Madre vive sola hace muchos años en un departamento de 54 m2. Sin embargo, a algún funcionario se le ocurrió calificar el inmueble como local comercial, con el impacto que eso significa en el pago de impuesto predial y arbitrios. Cuando realizamos el reclamo para cambiar esta condición llegó el calvario. Si el Municipio tuviese un buen registro, buena información de sus ciudadanos, no tendría que suceder una situación de esta naturaleza.
Realizar trámites de diversa índole en nuestro país refleja objetivamente las carencias de información galopantes. Obtener un pasaporte, el DNI, la licencia de conducir o acceder a un puesto de trabajo en el que te soliciten antecedentes penales o policiales. La falta de información los convierte en una verdadera tortura, con los consecuentes costos de oportunidad que esto acarrea.
Un tema casi imperceptible para el ciudadano común es el ordenamiento del territorio. Concepto que abarca la zonificación ecológica económica del territorio, que ahora por fin hemos escuchado como propuesta en la campaña electoral, pasando por la delimitación correcta del territorio para una adecuada administración del mismo, y tiene su punto culminante en la información catastral de las ciudades, que al final se erige con una condición fundamental para la formalización y el consecuente resultado de convertir a los ciudadanos en propietarios agentes activos y propietarios generadores de riqueza.
El Misterio del Capital de Hernando de Soto describe bien estos dos fenómenos: Gestión de la Información y Leyes de la Propiedad. Han sido la base del desarrollo de los países del Norte, pero que aún resulta un tema a desarrollar en nuestro país.
No existe el concepto “falta de información”. Lo que tenemos en nuestro país es una escasa posibilidad de acopiar y procesar la gran cantidad de información que se va acumulando con los años, en los distintos territorios, especialidades, intereses y estudios, entre otros. Haríamos bien en realizar un esfuerzo en esta materia. Y no olvidemos: Información es Poder.