Artículo de Carlos Alberto Aguilar Meza
Michael Porter, en el libro “La ventaja competitiva de las naciones” (1991), presentó las bases de la teoría moderna de la competitividad: «La prosperidad de una nación depende de su competitividad, la cual se basa en la productividad con la cual ésta produce bienes y servicios”.
Por su parte, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) propone el concepto de competitividad estructural. Este se entiende como el resultado de la gestión exitosa de las empresas, pero también toma en cuenta la fortaleza y eficiencia de la estructura productiva nacional, las tendencias a largo plazo en la tasa y estructura de la inversión, la infraestructura técnica y otros factores determinantes de las externalidades sobre las que las empresas se apoyan (OCDE, 1992).
En este contexto, nuestro país tiene formulado su Plan Nacional de Competitividad y Productividad 2019–2030, que se cimienta en nueve objetivos prioritarios, que deberían denominarse políticas públicas. Destacan los objetivos referidos a la Educación, Salud, Innovación Tecnológica y Fortalecimiento de la Institucionalidad.
Los momentos difíciles que nos toca vivir nos permiten señalar que en el Perú existen profundas carencias y limitaciones en estos cuatro aspectos. Estamos seguros que no son problemas que se hayan generado los últimos años. Por el contrario, es absolutamente comprobable que son problemas estructurales y demandan atención inmediata, con acciones de mediano y largo plazo. Por ello lo de políticas públicas.
Dejo constancia que todos los peruanos somos parte del problema. Cada uno con su responsabilidad en su respectivo ambiente y entorno. Sin embargo, debo resaltar también que el Estado en su conjunto y Gobierno Nacional y Gobiernos Regionales y Locales, en particular, deben ser los llamados a liderar los procesos de cambio que se tienen que implementar.
La pandemia reveló cuán ajenos estamos los ciudadanos de nuestra propia autoestima y, consecuentemente, nos mostró ausentes en la solidaridad con nuestra sociedad. No somos capaces de cuidarnos. Tampoco de cuidar a nuestro entorno y sociedad. Ello tiene como base la educación individual.
Somos testigos de la deficiente cobertura de sistemas de agua y desagüe. Existen carencias clamorosas en los hospitales, dejando de lado la propia infraestructura; la dotación de elementos básicos está ausente en todos los niveles. Un ejemplo dramático es el oxígeno. La dotación de camas UCI y de personal capacitado debería constituir un elemento rutinario en los centros hospitalarios, aun sin pandemia. Todos estos ejemplos demuestran una clara incapacidad de gestión, por lo tanto, una falta de institucionalidad.
Un aspecto que se ha visto “sorprendido” en estas nuevas condiciones impuestas por la pandemia es el desarrollo tecnológico. Ya habíamos visto problemas en la conectividad cuando sucedió el terremoto de Pisco y los ciudadanos se vieron afectados por las limitaciones de banda frente a una emergencia. Pues hoy vemos que sucede algo parecido con el incremento en el uso de telefonía, cable e internet. Es un tema pendiente a resolver.
Hoy es importante hacer un breve repaso a una pequeña lista de ejemplos de servicios básicos que requieren atención urgente, por supuesto, camino a las mejoras que demandan sus usuarios.
Este breve repaso demuestra que estamos bastante lejos de ser un país competitivo, y que la competitividad vista unilateralmente desde el lado de la productividad, por lo menos en el caso del Perú, no es viable.
Nuestra visión debería ser algo más holística, e iniciar procesos de mayor alcance en términos de reformas estructurales de mediano y largo plazo, con la finalidad de garantizar la sostenibilidad en el desarrollo del país.
Estas menciones no son nada nuevas. En CADE 2010, Michael Porter ya advertía sobre estos problemas estructurales en nuestro país, al comparar y demostrar cómo había cambiado Taiwán y Perú con el crecimiento económico sostenido que mantenían en aquel momento. Taiwán sí había cambiado para bien y de manera sostenida. Me refiero al país y a su población. Tenemos la plena seguridad que Perú también lo hará. Tenemos condiciones para ello.