Artículo de Carlos Alberto Aguilar Meza
La Revolución Francesa instauró en la política los sistemas de asambleas, en las que evidentemente se instalaban grupos antagónicos. Posteriormente, en la misma Francia y durante el llamado periodo de la restauración, hacia 1814, cuenta la leyenda que nacen las llamadas izquierdas y derechas.
Hacia la derecha de la asamblea se ubicaban los realistas que apoyaban la causa real, el retorno de la monarquía, y a la izquierda de la asamblea se ubicaban los herederos de la revolución francesa. Y para completar el escenario, en medio de ambos, estaban ubicados los llamados del centro, los constitucionalistas e independientes.
Si trasladamos esta escena a nuestro Perú, y más aún a nuestra última elección, con la finalidad de comprender esto de, no al comunismo o el cambio hacia adelante, que de alguna manera intentaban diferenciar a la izquierda y a la derecha, resulta que en el fondo no encontramos ninguna ideología de por medio, tampoco estructuras partidarias sólidas que demuestren la existencia de estas llamadas izquierdas y derechas.
De hecho, las elecciones de los últimos 20 años estuvieron marcadas, precisamente, por una carencia clamorosa de ideología, de estructura, de planes realizables. Hace ya muchas décadas, especialmente en América Latina, las estructuras partidarias se encuentran en crisis sin un final que se pueda predecir. Y ello también nos lleva hacia el mal endémico de la falta de representatividad a la que me refería en mi última columna.
Las demandas sociales no pertenecen a la izquierda o a la derecha. Las demandas sociales constituyen el clamor del común denominador de los ciudadanos. La protesta ciudadana reflejada en las urnas de la última elección no son de izquierda o derecha.
Buenos servicios en salud, educación, transporte y saneamiento no son de derecha o izquierda. Conseguir un empleo bien remunerado, obtener un buen servicio en las municipalidades, reducir los tiempos de los trámites en el sector público, ser sujetos de un buen servicio de seguridad, tampoco son de izquierda o derecha.
El próximo Gobierno tiene ese reto: Empezar a cumplir las demandas ciudadanas sin pensar si provienen de la izquierda o la derecha, o si finalmente las debe resolver la izquierda o la derecha.
En una entrevista realizada a Andrés Oppenheimer, reconocido periodista argentino, investigador y escritor de libros sobre economía y desarrollo, mencionó que su propia conclusión es que la izquierda y la derecha política ya no existen en el mundo, y que aquellos países que se aferran a estas variables son los que lamentablemente no evolucionan. Son conceptos arcaicos.
No merecemos retroceder en lo avanzado, pensando únicamente en si nos gobierna la derecha o la izquierda. No merecemos ubicarnos en la Francia del siglo XIX. Estamos en el siglo XXI… ¡Avancemos Perú!